MI AVENTURA ERASMUS+ comenzó el día 3 de
abril, rumbo hacia Dublín, capital city de Irlanda. Siempre me atrajo la
Isla Esmeralda, y tener la oportunidad de una beca Erasmus me pareció el
momento propicio para irme a vivir allí... Aunque bueno... siendo sincera la
aventura comenzó en diciembre al recibir la noticia de que había sido becada,
quería trabajar en una empresa en la que pudiera ejercer de guía turístico, y
emprendí la búsqueda y el envío de CVs a mansalva. Y pasé una entrevista por
Skype en la empresa ‘Irlanda en Español’, con sede en Dublín pero que
realiza tours en castellano a otras partes del país. Y ahí ya todo se volvió
una realidad, era oficial: me iba a ir a vivir a Dublín. Me parecía increíble
conseguir algo que para mí había sido un ojalá durante tanto tiempo.
Era la primera vez que viajaba sola en
avión, algo que me ponía un poquito nerviosa, no lo niego, pero sin problemas.
Al llegar me estaba esperando Mr. David, my host dad (sí, estoy viviendo con
una host family, una de las mejores opciones y más asequibles para vivir
en Dublín. Esto es una práctica muy extendida aquí en Irlanda, la pega es que
suelen ser familias situadas en barrios a las afueras, pero existiendo
transporte público... ¡sin problemas! Además es una buena forma de mejorar el
inglés, ya que es una inmersión total en el idioma, así como de comer gastronomía
típica, y si no eso, de alimentarte muuuuy bien y no pasar hambre si el
presupuesto se te queda corto, lo cual es mucho más que probable, créeme...).
Así que vivo con Ciara y David, sus hijos y otro chico español con el que tengo
como norma hablar en inglés. Y
lo más importante... vivo con dos perros labradores adorables, Storm y Goofy
<3
Los primeros días estaba más perdida que una cabra en un garaje, iba con
Google Maps hasta a la parada de autobús. Pero me ha sido fácil situarme aquí y
saber moverme por la ciudad, y adaptarme rápido a los horarios… y a las
costumbres locales (a los pubs y a la buena cerveza es fácil adaptarse, la
verdad).
Poco a poco he ido conociendo gente, me gusta lo cosmopolita que es
Dublín, encuentras gente de todas las nacionalidades, y entre unas cosas y
otras (unas pintas y otras...) termino hasta atreviéndome a chapurrear el poco
portugués que sé.
La gastronomía irlandesa tampoco es que sea para tirar cohetes, pero los
estofados, tanto de cordero como de ternera con verduras están deliciosos, y la
“soup” (que no es una soup) es una crema de verduras que sienta muy bien, sobre
todo si es un día frío, y que a mí me encanta.
Tengo la gran suerte de que con el trabajo
estoy conociendo otros puntos de Irlanda a parte de Dublín, como son
·El Parque Nacional de las Montañas de Wicklow y el monasterio y lagos de
Glendalough. Cerquita de Dublín, naturaleza pura. El
monasterio fue fundado por San Kevin en el siglo IV antes de la llegada de los
vikingos, y en el que encontramos la cruz con su nombre, que cuenta la leyenda
que si la abrazas da buena suerte y volverás a Irlanda. Y los lagos de
Glendalough, de origen glacial, tienen como curiosidad que se extrae de ellos
el agua para la cerveza Guinness.
Belfast y Calzada del Gigante, patrimonio natural de la UNESCO formada
hace millones de años por rocas basálticas con formas prismáticas. Y que como
aquí en Irlanda todo tiene leyenda, pues a una le debe su nombre: había dos
gigantes, Finn de Irlanda y Bennandoner de Escocia, que se llevaban muy mal y
continuamente se tiraban rocas, y de tanto tirarlas, se formó un campo de
piedras sobre el mar. El gigante escocés decidió pasar el camino de rocas.
Oonagh, la mujer del gigante irlandés; vio que venía el gigante escocés, y
decidió vestir a su marido de bebé. Al llegar el escocés y ver que el bebé era
tan grande, pensó que su padre sería el triple de grande, así que huyó pisando
muy fuerte las rocas para que se hundieran en el mar y que el otro gigante no
pudiera llegar a Escocia.
Galway, una ciudad pure irish, su colorido, su música en la calle...
sencillamente encantadora. Y los Acantilados de
Moher, breathtaking total, de lo más impresionante que he visto.
Son lugares a los que realizamos tours, pero cuando se me presenta la
oportunidad y tengo tiempo me escapo a otros sitios, hasta ahora los que he
visitado por mi cuenta son Kilkenny y Bray, pero planeo ir a alguno más en cuanto pueda.
También estoy poniendo en práctica lo aprendido en
clase, sobre todo en lo referido a la organización de los tours, la gestión de
grupos, los tiempos y el trato a los clientes...
Y bueno, pues ya llevo aquí 3 semanas, y estoy más que
adaptadísima a esto y muy contenta con vivir aquí y con la decisión de haberme
lanzado a la aventura de una Erasmus. La amabilidad de sus gentes (es un tópico
muy real!) y lo festivo de sus ciudades es maravilloso, te sientes como en casa
muy rápido. Y hace mucho, pero que mucho sol, más de lo que yo pensaba... Este
país es super colorido y alegre, y para mí que me encanta la fotografía, me
regala unas estampas fantásticas. Aquí hay leyendas para todo y la naturaleza…
increíble.Seguiremos informando. :)
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