Soy Coke
Lozano, estudiante de grado medio de cocina, y os voy a contar mi experiencia
con mi Erasmus a La Roche Sur Yon (Francia).
No os voy a
engañar, no empezaba bien, pero me sirvió para darme cuenta de que ya no estaba
en España, esto era Francia, y así es la gente en Europa; por unos problemas
ajenos a todos, nuestro taxi para llevarnos de Nantes a La Roche no vino, y
estuvimos esperando en la puerta de la estación de bus varias horas hasta que a
las 10 de la noche se presentó la directora del instituto con la furgoneta del
instituto y nos trajo a La Roche-sur-Yon. Ella lo hizo sin tener necesidad, a
una hora bastante tarde teniendo en cuenta sus costumbres.
Fue llegar a
la residencia, y ya a nuestras anchas nos pusimos a dar vueltas por los
diferentes pisos, viendo que había, etcétera. ¿Y cuál fue nuestra sorpresa? Más
generosidad. Encontramos un chico que se llamaba Ham Za, que nos enseñó la
residencia y nos ofreció de todo, ¡incluso su consola! Estábamos
flipando...
Al día
siguiente, nos invitaron a una comida en el instituto y nos explicaron como
hacían ellos su formación. Después de la comida tocaba presentación en la
empresa, en mi caso Les Ardoise des saveurs, un restaurante situado en los
aparcamientos de un centro comercial.
Seguidamente
empecé mis prácticas, hubo bastante trabajo, aunque con estos compañeros se
hacía más ameno. Incluso llegaron a cambiar el horario de cenar solo para que
nosotros estuviéramos como en casa.
En los días
siguientes, antes de que los profesores partieran a España, hicimos una visita
a Nantes con ellos, visitamos de todo, una ciudad preciosa. Tan preciosa, que a
la semana siguiente volvimos a ir, esta vez nosotros solos.
Durante la
siguiente semana trabajábamos en la empresa, y en nuestro tiempo libre
visitábamos la ciudad para conocerla.
También
conocimos un chico llamado Kevin, compañero de trabajo de Javi y Joaquín en Le
Chaumiere. Él nos llevó a varios bares bastante interesantes de la ciudad, un
sábado nos llevó a la discoteca, nos abrió las puertas de su casa, nos presentó
a sus amistades, nos llevó a sus entrenamientos de boxeo, e incluso organizó
una excursión a la playa de Les Sables d’Olonne para nosotros. Pese a llevar ya
un tiempo aquí, todavía nos sorprende la generosidad que muestra la gente con
nosotros.
Personalmente,
esta experiencia está siendo increíble, aprendiendo mucho idioma, costumbres y
conociendo la forma de ser de muchísima gente.
COKE
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