miércoles, 25 de abril de 2018

VIAJE A LO INESPERADO








VIAJE A LO INESPERADO

Una vez leí que viajar es la mejor manera de romper prejuicios y estereotipos. Tras pasar tres semanas en Francia, he de admitir que el autor o autora de dicha frase tenía razón.

Mi decisión de realizar las prácticas FCT del Ciclo Superior de Guía, Información y Asistencia Turísticas en tierras galas no fue premeditada, simplemente me dejé guiar por mis ganas de aprender francés. Luego empecé a dudar pues mi relación con Francia siempre ha sido la típica de amor-odio, un continuo «ni contigo ni sin ti», hasta que un día decidí borrar de mi mente todo estereotipo y experiencia pasada con esta tierra y dejar que la estancia me sorprendiera día a día.

El primer viaje a lo inesperado tiene como protagonista a la ciudad en la que vivo, La Roche-sur-Yon, en la que se respira a Napoleón, su fundador, por todos lados. Así lo demuestra la estatua ecuestre que preside la plaza central de la ciudad, la homónima Place Napoleón.







Otros atractivos de la ciudad son la Iglesia del Sagrado Corazón, de estilo bizantino, la Prefectura y el ineludible Museo del Chocolate, donde se puede degustar este preciado manjar mientras se descubre su historia y elaboración.







La Roche es también una ciudad muy bien comunicada por tren, a poco más de media hora de Nantes y otros lugares a los que por tiempo todavía no he ido pero que sin duda visitaré en los dos meses que me quedan.

De Nantes he de decir que es una ciudad preciosa y muy animada. A pocos metros de la estación de tren te recibe su imponente castillo, además de un sinfín de bellos monumentos y paraísos… quiero decir, tiendas de productos locales. 




El segundo viaje a lo inesperado lo realicé en la Oficina de Turismo de La Roche-sur-Yon, lugar donde estoy realizando mis prácticas FCT. Desde que llegué el primer día siempre me han tratado como a uno más y día a día me ayudan en todo lo que pueden. Que algunos miembros de la plantilla hablen español facilita las cosas a alguien con un nivel básico de francés como soy yo, sin embargo al poco tiempo ya me hablaban en su idioma para que aprendiera. Además, tienen mucha paciencia cuando me lanzo a chapurrear algunas frases en francés y nunca se ríen, es más, agradecen mi esfuerzo y mi interés. Incluso hay tiempo para sacar fotos a traición.






Esto es todo por ahora. Dejaré que mi viaje a lo inesperado me siga sorprendiendo.

À bientôt!

Daniel Parrales Mateos, 2º GIAT

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